jueves, 4 de abril de 2013

La cruz




La cruz es un símbolo muy antiguo, empleado desde siempre, en todas las religiones, en todos los pueblos, y erraría quien la considerase como un emblema especial del cristianismo, según ha demostrado cumplidamente el abate Ansault. Diré que incluso que el plano de los grandes edificios religiosos de la Edad Media, con su adición de un ábside semicircular o elíptico soldado al coro, adopta la forma del signo hierático egipcio de la cruz ansada que se lee ank y designa la vida universal oculta en las cosas. Podemos ver un ejemplo de ello en el museo de Saint-Germain-en- Laye, en un sarcófago cristiano procedente de las criptas arlesianas de Saint-Honorat.                                                                                                                                         Por otra parte, el equivalente hermético del signo ank es el emblema de Venus o CiprinaKv7rpLg, o sea, la impura), el cobre vulgar que algunos, para velar todavía más su sentido, han traducido por bronce y latón. «Blanquea el latón y quema tus libros», nos repiten todos los buenos autores, Kv7rpo@ es la misma palabra que Y,ov(ppog, es decir, azufre, el cual, en este caso, tiene la significación de estiércol, fiemo, excremento, basura. «El sabio encontrará nuestra piedra hasta en el estiércol -escribe el Cosmopolita-, mientras que el ignorante no podrá creer que se encuentre en el oro.»
Jose Carlos Vazquez Cabot
Jocavazquez.blogspot.com

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