jueves, 4 de abril de 2013

El tarot, el arte y tú



Aunque el titulo pudiese parecer extraño, solo hay que arañar superficialmente en cualquiera de estos aspectos para descubrir una Verdad que subyace y que interrelaciona en estos tres mundos aparentemente tan distintos.
Un ejemplo de ello podría ser el arcano VIII, la fuerza, en ella un personaje femenino domina sin demasiado esfuerzo físico a un león. La carta quiere subrayar que el dominio no viene de la fuerza física, si observas el gesto de la protagonista veras que no refleja esfuerzo ni ningún tipo de sentimiento que haga entender angustia o miedo, todo lo contrario, deja ver confianza, seguridad, incluso tranquilidad. Pero como es esto posible teniendo entre sus manos una fuerza natural de tal calibre, representada por un depredador, reflejando de manera inmejorable lo que a nuestros ojos pudiese parecer insalvable?.
Por otro lado, si observamos una de las pinturas para mí más misteriosas, Daniel en el foso de los leones, p.e. la que existe en la capilla griega del cementerio de Priscilla en Roma, volvemos a la misma escenificación pero con variantes, en este caso Daniel, que negándose a adorar a Darío fue arrojado a la fosa de los leones. La interpretación desde un punto de vista bíblico no deja lugar a dudas es una representación de la promesa de la resurrección. Pero esta representación casi todas al fresco, a mi entender, va más allá al igual que el arcano VIII, quiere mostrar y dar a conocer al hombre un componente que en él ‘’mueve montañas’’ la fe, entendida incluso desposeída de cualquier sustrato religioso, como ausencia de miedo, de dudas, ante lo que realmente deseamos en nuestra vida, y para nuestra vida, por tanto encontramos como la seguridad, la fe, la confianza, debe y puede dominar al miedo. Daniel no mira a los leones, o bien en otras representaciones les da la espalda, muestra calma y seguridad y ante él las fuerzas de la naturaleza muestran pleitesía
En el arcano VIII, la mujer domina el miedo con tranquilidad, porque hay fe y confianza. Podrías preguntarte: has renunciado a tus verdaderos deseos? y si es así, es muy probable que te hayas doblegado al miedo, y a la inseguridad, en este caso la Vida no suele perdonar.
Jocavazquez.blogspot.com
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