Sucesión de cartas II. Emperador, sacerdote, enamorados.

Continuando con la sucesión de cartas que nos plasman un orden numérico y su significado, hoy escribo sobre la relación emperador, sacerdote y enamorados.

El emperador es la determinación y la firmeza del propósito sembrado al que alude la emperatriz, es decir, las ideas, los objetivos, las determinaciones que terminan teniendo escaso valor si no se alimentan, y si no se mantienen en nuestro propósito, por tanto, nos encontramos con el emperador que nos muestra la voluntad necesaria para el mantenimiento de la semilla sembrada, convirtiéndose en una necesidad para alcanzar el éxito.

El sacerdote es la entrega, nos habla de la fidelidad, de un proceso de maduración donde nuestro propósito nos exige una firmeza, un mantenimiento de la voluntad manifestada en el emperador, se exige un sacerdocio  que se traduce en entrega diaria a ese propósito y que muy probablemente nos llegue a martirizar o mortificar, resulta a veces complicado mantener la voluntad y mas cómodo y fácil fluctuar por la Vida

Finalmente en esta sucesión de cartas, los enamorados, representa cómo la lucha entre consciente y subconsciente cede, y se convierte en una convivencia querida y necesaria, que llena al ser humano porque la identifica como en la unión de los amantes, fuente de felicidad

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