Esta figura es de apariencia absurda, y representa el miedo,
los traumas, contraparte de la figura representada en el arcano VI, el arcángel
Rafael, el diablo, sostiene en su mano derecha una antorcha, símbolo de las
pasiones. Ya desde la antigua asiria, donde aparece representado en tablillas como símbolo de
limitación,(imagen, el pazuzu asirio), representa el mal en todas sus
manifestaciones, carencias, sufrimientos, depresiones.
Su correspondencia astrológica es capricornio, y su aspecto
anatómico viene referido a las rodillas y articulaciones. Ante él, el
consultante puede sentir una realidad desalentadora, acompañado de otras cartas
puede referir una enfermedad grave, o bien dependiendo de esta misma
circunstancias las cartas que le acompañen, dependencias de personas,
sustancias, u otras circunstancias.
Un ejemplo. Junto al
loco: locura peligrosa.// junto a la luna maleficios// junto a la torre: ideas
suicidas.
Su contraparte en el la baraja viene representado por el
arcano VI: Luz frente a oscuridad, ataduras frente a liberación, libertad
frente a cautividad. Los enamorados nos presentan un camino nuevo, a un nuevo
ser humano producto de si mismo donde radica la sabiduría que finalmente le
desata de las cadenas del diablo
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